Sabía que las bacterias podían utilizarse para contagiar a mis amigos y familiares de la gripe y también para la elaboración industrial de algunos productos lácteos, pero lo que desconocía es que nadie pudiera servirse de estos microorganismos para crear arte. Un pseudo artista-pseudo biólogo llamado Nathan Shaner, se fue una tarde al laboratorio Roger Tsien, en el estado California, y no se le ocurrió otra cosa que coger un microscopio y un montón de bacterias fluorescentes, usándolas como paleta de colores, para recrear un paisaje de la playa de San Diego. Los pequeños organismos unicelulares, entre los que se hallan BFP o mTFP1, no tuvieron ningún inconveniente en posar desnudos para la sesión, que quedó inmortalizada además por el fotógrafo Paul Steinbach. —Alberto Payo [MAKE]
Lo encontré en Gizmodo.es
Con una tasa de transferencia de datos de 480 Mbps y varios indicadores LED, este minialmacen de cuatro puertos USB denominado USB Hub podría parecer exactamente igual que otros productos de su segmento, aunque hay una diferencia, es alegre hasta límites molestos. Su cabezón plano puede hacer giros completos de 360 grados, y lo mejor de todo es que por mucho que le claves y le desclaves cables y memorias USB, en cualquiera de sus cuatro extremidades, siempre mantendrá la misma sonrisa cínica y estúpida. Bueno, siempre, no, si crees en el rollo vudú con una variante tecnológica siempre podrás sustituir el acid por una foto de tu jefe o de tu exnovia. Con el cuerpo disponible en azul y naranja, este gadget masoquista tan sólo te costará unos 10 euros. —Alberto Payo [Gadget 4 all]
